Música tenue
notas encadenadas en un hilillo multicolor que nace de mi alma
sorda para los que no son gatos
o perdieron la inocencia
Tan sólo escucharla
sana los maleficios modernos
esas enfermedades tan generalizadas
que se vuelven invisibles
Mi piel se volvió finita
Gastada de tanta futilidad
y ahora sólo quiero caminar;
en función de mi búsqueda
crear mundo
Basta de garabetar caminos hipotéticos en el techo de la imaginación
(el techo de mi cuarto.
Escenario de todas mis guerras y fantasías)
que la idea sea inseparable de la acción
Voy a lanzarme desde lo alto, tantas veces como sea necesario
hasta que los músculos de mis alas estén fuertes
y mi habilidad me permita mantenerme en el aire
planearé por las aguas
y sumergiéndome
rescataré la esencia de mi vida
del mundo
Y cada vez que el mal me queme
renaceré algunos miles de años después
para volver a comenzar
la sonrisa dulce
siempre en los labios
Y sin martirios
agacharé la cabeza entregada
porque se que no puede pertenecerme esta vida
ni tampoco pertencerle yo a ella
solo podemos volvernos una,
ser recíprocas
la pertenencia
disuelta en un charco de barro.
No hay nada que temer
nunca
jamás.
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