martes, 22 de enero de 2008

Popurri nº 8 ( por qué no)

Por qué?


No se, no me importa, no quiero saberlo, y menos escucharlo de vos. Porque sabías que me había maltratado. Esa mina es una perra. Esos rulos que tiene de juguete y todavía cree que puede venir a hacerse la simpática. La muy puta. Pero dejala, dejala que se acerque a preguntar porqué mi hermano no la llama o por dónde anda, ahí vas a ver. La voy a aplastar. Como a una pulga asquerosa... Nada más imaginarme su carita chiquita de Chucky me enloquece. Y vos no te hagas la boluda, que si hubieras querido me hubieras defendido. La verdad que a veces, no se de qué bando estás. Del mío seguro que no
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Era un conejo sedoso y blanco. Brillaba tanto que cegaba. Casi parecía un dios si hubiera un dios de los conejos. Yo lo amaba de una forma extraña. Cuando lo veía saltar por el campo corría desesperada entre los pastos para verlo mejor. Pero era muy rápido, aunque no era una liebre. Mi viejo decía que era una cruza seguramente. Una especie de error afortunado de la naturaleza. Era ya legendario, el encargado del campo hablaba de ese mismo conejo siendo él un chiquillo. Nadie entendía muy bien qué corno era el conejo ni porqué aparecía todas las tardes, más o menos en el mismo lugar. Ni porqué brillaba tanto. Pero tampoco nadie lo molestaba.

Simplemente deslumbraba con su pelaje a lo lejos.

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Tan lejos como quisiera. Nunca lo suficiente. Estaba todo siempre al revés. Y yo, vivía podrida de tanto caos. Por quéeeeeee...para empeorarlo todo tenía sensaciones extrañas. La que más se repetía era una donde me sentía un conejo. Como un conejo blanco y brillante como la luna. Sí..me da un poco de miedo pensarlo. Tan sedosa...un sentimiento de libertad increible...Corría enloquecida por unos campos y me sentía observada. Pero observada bien, alguien me admiraba. Una certeza fulminante para tratarse de algo tan absurdo.

Esto andaba pensando cuando de repente...

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Un caracol gigante. TE LO JURO!!!!. Abrí la puerta, y AH! cosa rara número 1, a todo esto venía pensando algo re bizarro, algo así como que era una mina -entre paréntesis estaba bárbara- que soñaba que era un conejo que corría por el campo y que una nena lo miraba o algo así. Bueno, mientras me preguntaba porqué se me ocurrían cosas como esa, abrí la puerta para agarrar el diario y ahí estaba: un caracol VERDE Y ENORME Y HORRIBLE. En mi puerta. Con unos ojos que se le estiraban hasta casi tocarme la cara y le desaparecían y de nuevo. Te juro que fue la primera vez en mi vida que me cagué encima literalmente. Vos sabés que todavía no me recupero del morfi de las fiestas, los turrones esos vencidos que trajo la tía..No me mires con esa cara. Tenía que decírselo a alguien, no puedo vivir con eso yo solo

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Un enano con barba superenrulada le pegaba un tarascón a un turrón vencido (no me preguntes como sabía que estaba vencido) y yo era mosca y andaba sobrevolandolo. Así venía más o menos la cosa. Depsués, de repente, aparecí en la parada del 80, yo estaba esperando y viene una mosca (otra vez la mosca aparece), mientras estoy tratando de espantarla con cara de asco porque es una de esas realmente grandes, pasa una gorda. Es una mujer hermosa vestida con una remera a rayas horizontales azules. Además de tener unas tetas grandes la remera esa es como que le hace las tetas tridimensionales y con truco, onda, casi te podría decir que te mareas..Bueno un tipo la mira o mira las tetas de la mina y yo pienso exactamente esto: " Una gorda de grandes tetas como una una curiosidad" y apenas pienso eso me cae un telón negro encima!!, me cae justo sobre el cuello, separando el fondo y mi cuerpo, de mi cabeza y el tipo y la gorda que me miran horrorizados porque no pueden entender que un día soleado en la parada del colectivo a alguien le caiga un telón como ese que separe media buenos aires...
Yo quedo como haciendo lagartijas en el suelo porque el telón es de terciopelo de verdad, espeso y pesado..
En la mitad de mi lucha por salirme de abajo de esa cosa enorme que cuelga aplastandome empiezo a escuchar, como si viniera del otro lado, algo así como "comé y después dormís." "FLOooorrr"


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Miguel se despertó de un salto. Miró la luz que entraba de lleno por las rendijas de la persiana. Estaba llegando muy tarde pero podía recordar adónde. Tuvo una especie de reflujo de imágenes donde recordó vagamente haber soñado que era un telón que se había cansado de estar encerrado en un teatro oscuro de Lyon y había decidido viajar, decidiendo volar hasta Buenos Aires y aterrizar donde quisiera...tomar un poco de sol tal vez... Después de todo el recuerdo no era tan vago, casi se sonrió Miguel mientras se vestía a velocidades vertiginosas. Puso el fuego para hacerse un te antes de irse. Adonde tengo que ir, Adonde gritaba dientes mientras saltaba sobre un pie y se anudaba los pequeños cordones de un zapato.
Miguel empezó a alarmarse. Cómo podían pasarle cosas así? Cosas de viejos arrugados con muchos problemas y Alzheimer?
La pava empezó a silvar y Miguel lo recordó.
Tenía una segunda entrevista de trabajo con ese enano bizarro que comía turrones -y eso que habían pasado dos meses desde fin de año- con la boca abierta mientras le preguntaba si había tenido experiencias paranormales con caracoles gigantes. "Entre nosotros, claro. No con todo el mundo se puede hablar de estas cosas", le dijo echando rápidos vistazos para todos lados. Y ahí fue cuando Miguel se convenció de que el tipo tenía serios problemas. Y de que ese mismo tipo iba a definir si quedaba o no en el trabajo. Miguel pensó una vez más que el mundo era un lugar generalmente extraño.


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