domingo, 12 de junio de 2011

Historia I

Un teatro oscuro. En la penumbra, la figura de un hombre sentado al borde del escenario conversa con otro que lo oye desde abajo con atención apoyado en un escobillón.

Era poroso....cuando lo agarré era pesado y suave, y se escurría contínuamente entre mis dedos.
Cerré la mano para evitar que se me caiga, pero entonces...

Te mordió???


No! escuché un ruido atrás, alguien venía por el pasillo. Eran tacos, pensé que sería Gabriela, y ahí sí, se me cayó por el sobresalto que tuve cuando oí un portazo. Gabriela me había dejado encerrado, asi como pasan siempre las cosas cuando ella anda cerca. Las cosas malas, pensé y me agaché en la oscuridad y cuando tanteaba el suelo...

Te mordió!

No!! bah no sé. Al principio creí que me había cortado con una de esas astillas enormes que se hacen en el roble del piso ese. Parece que fuera asesino. No me quiero imaginar si te tropezás y te caes con el corazón de lleno sobre una de esas astillas.
Aunque tal vez...la cosa esa se abrió en dos y me mordió.
Vaya uno a saber.

La cuestión es que quedé encerrado y si no me apuraba a salir de alguna forma del escenario ese, seguro que iba a quedar ahí toda la noche. Tenía que salir antes de que Gabriela hubiese atravesado las otras dos salas y juntara todas sus porquerías de la oficina de entrada...

Y cómo te las arreglaste???


No me las arreglé. Pensé que la ventana del entrepiso que comunica con el entrepiso del salón de decorados estaba abierta y no...cerrada también.

Se miran en silencio.

Sí. Me tuve que quedar. En la famosa sala del terror. Con una manta de peluche negra de medio metro como único abrigo, una cosa con agujeros y dientes que respira y confundí con un trapo, dando vueltas en alguna parte del piso y ochenta historias de espiritus y apariciones acosándome.
No sabés lo que fue...

Viste algo??

Bueno, solamente una cosa.
Alrededor de las 4 de la mañana, que lo sé porque oi el reloj de campana a lo lejos, me desperté. Un sueño horrible, el trapo vivo ese o lo que sea era gigante y me perseguía por los pasillos y las salas, con Gabriela montada encima que me tiraba llaves por la cabeza y me gritaba enloquecida 'pelotudo, pelotudo'. Parecía la voz de mi conciencia. Bueno, me desperté, escuché el reloj y ahí nomás, una cosa flotando blanca con cara esquelética de mujer enojada se acercó hasta mi con tal velocidad y lanzando un gemido tan terrorífico, que me desmayé. Fueron segundos en que le sentí el aliento creo y el corazón se me paró para evitar que me cagara encima.

El otro lanza un carcajada nerviosa.

Te juro! fue sencillo al fin y al cabo, porque directamente me apaqué.
Me despertó Jorge que venía a buscar a los baúles de fondo unas llaves pico de loro para arreglar la puerta principal que no andaba. Se ve que Gabriela me buscaba y se fue enojada, asi que le metió un portazo tan fuerte que quedó medio mocha la puerta.

Le contaste a Jorge?

Cuando me vio la cara se dio cuenta. A él le pasaron unas cuantas. Ya sabe con sólo mirarlo a uno. Mordió algo que tenía en la boca y despacio sacó su llavero enorme del bolsillo. Sacó una llave, y me dijo 'Tomá pibe, para que no te vuelva a pasar' y se fue silbando.

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