viernes, 21 de diciembre de 2007

Magnetismo

Una uña que me como. La muerdo, la escupo.
Me gusta y lo sabe.
Esta la emboqué en el cenicero.
Y solamente se sonríe. Se sonríe porque lo disfruta. Y lo aleja. De mi... como duele agregar eso. Es la aceptación definitiva de que no lo voy a tener. Pero es una aceptación fingida. Porque no me sale resignarme. No puedo aunque quiero.
Y castigo mis uñas.

Esta obsesión estúpida es pasajera: uno aprende a aceptar las cosas como se dan, el plano donde todo ocurre se aleja momentaneamente y ya estás en plena operación salvataje...desde lejos ves que, al fin y al cabo, si no hay caso, no hay caso. Y no va a surgir una magia espontánea que cambie las cosas...y además, estar con alguien con quien no fue ida y vuelta desde un principio ya no es lo mismo...y esos sueños que uno tiene, pueden cumplirse...
Tus ojos. Qué hay en tus ojos. Por más que mi atención se reconcentra en ellos cuando nos cruzamos y un saludo pasa entre el choque entre nuestras mejillas no termino de saberlo. Pero no tiene sentido. Eso es lo que tengo que entender. Tengo que entenderlo. No sirve para nada. Oajlá fuera hombre. Sería más sencillo. Las personas que más sienten deberían ser hombres. Para poder decirlo y salir ilesos. Ser aceptados o no, pero poder hacerlo y que eso no sea negativo. Y los que menos sienten, los´más llenos de instinto y frialdad, ser mujeres. Y esperar que las declaraciones lluevan para elegir. Necesito ser hombre y él mujer, o que un hombre como él no se intimide por una declaración de una mujer como yo.
Mentira.
Lo único que necesito es tenerlo. Y eso es algo que no es. Ni será, por lo visto. Y yo sigo fantaseando porque es lo que mejor hago.
Fantasear que debajo de todo ese pelo tuyo sentís atracción por mi. Y fantaseas, también conmigo.
Se que algo te gusto, pero depsués de tantas payaseadas mias, seguro que mucho menos que antes. Qué pena.

Sos fuego para mi. Me encendés instantáneamente. Sóo con acercarte. Una a una, todas mis yo interiores pegan un salto y te enfrentan, muy erguidas, consecutivas e igual de estúpidas. Te miran llenas de admiración y anhelo y atención..
..para ser invisibles a tus ojos. Invisibles sus encantos.
Sólo ves mi salto y la admiración contenida de mis ojos. Contenida por los límites irreales de mi cuerpo que ojalá no existiera para poder saltar sobre vos, consumida en el aire antes de siquiera rozarte por el calor inflamable que quema el espacio entre vos y yo.
Me provocás; no tenés idea cuánto. Ni yo se porqué. Solamente está ahí, esa fuerza magnética que me hace fantasear y decir tantas pavadas. Que no vas a leer, además. Tanta sinceridad al viento.

Que así sea.

No hay comentarios.: