martes, 13 de julio de 2010

Qué? QUE? QUEEE???

QUE CUERNOS TOY BUSCANDO?

QUE ESTOY BUSCANDO???

QUE, QUE, QUEEEEEEEEEEE????!!!!!!!



Y para ambientar una reacción, ya que no tengo respuestas, nada mejor que http://www.youtube.com/watch?v=FvzuyIfjrbo especialmente, su música.

No se qué cuernos busco. No lo sé. Una joven. El lacio cabello oscuro, la mirada extraviada; se retuerce los dedos. Las uñas rompen la tenue piel, pero ella no se inmuta. Impasible en su angustia.

Por todos los poros, en todo su ser, sintió la luz. Una luz enceguecedora y caliente, destructora y creadora, de silencio ensordecedor. Silenciadora.

Unos cristales daban vida a otros, e ininterrumpidamente, unos nuevos surgían de la transparencia fecunda de los anteriores. Sus múltiples caras, reflejaban secretos que por la intensidad de su poder, debían durar solo unos instantes. Verdades reveladas en pequeñísima medida, casi susurradas para no descalabrar el mundo entero.

Al mundo, este mundo inquieto y tierno, y duro y terrible. Es que hay algo bajo todo esto? No puedo estarme quieta y dejar que mi alma se arraigue en el drama cambiante y eterno? Cuánto miedo inconfesado e inconciente. Observo cristales inventados y atmósferas de ensueño. Una niñita. Tan sólo una niñita.

Si tuviese que cuantificar la cantidad de magia que mi organismo requiere diariamente, y compararla con la que en realidad lo alimento...conocería un resultado desgarrador.

Desgarrador? Pero mirá cuánta estupidez. A falta de drama, drama invento. Y cuánto más etéreo y abstracto, más placentero. Y más justificado.
Ya no se en qué creo. No se qué debo. No debo nada.
Demasiado temprano desconfié de mis instintos, volviéndome víctima de ellos. Y ahora, tanteando, intento reconocer lo que es mío.

La magia..la magia no puedo dejarla. Y siempre que topo con algo que la suscita, mi alma se aquieta, mis ojos se agrandan fijos y como arrullada en una corriente interna, observo.
Absorbo como una planta sedienta cada partícula que emana aquello que veo o escucho. Y es pura calidez.

Hay magia en el mundo, hecha de fibras sutiles e invisibles.

Tanta sed de magia, y tanta restricción de alimentarla, puede acarrear serias consecuencias señores. Como por ejemplo, exaltación "morbosa" , como aparecería en alguna descripción de novela romántica.
La fantasía creando drama, que visto desde afuera, pareciera sensibilidad excesiva por parte de un alma demasiado impresionable.

Pero a mi me alimentaron de < progreso > y < practicidad >. Ese alimento no se acopla con la magia. Se repelen.
La magia no era tontería, ni poca cosa.

En el ojo que piensa en progreso y utilidad, la vara no entiende de vida sin juicio. No deja lugar a nada fresco, ni joven. El aire no corre y el llanto tiene justificación lógica o se reprime.

Una llanura inmensa y anaranjada me cobijó en sueños simbólicos durante varios años. En ella me sentaba frente al sol inmenso y estático. Nos mirabamos el uno al otro. El me recordaba en su fase crepuscular eterna, que si bien el tiempo siempre era en su calidad de eterno presente, invariable, estaba desde mi nacimiento dirigiéndome a un fin. La finísima arenisca parda se esparcía con los pulsos del viento rozándo mis pies desnudos.

Era una fantasía dolorosa.

Esa imagen ya no consuela mis oscuridades. Murieron dramas, y surgieron realidades, pero aún no reconozco el lugar de cada cosa. Me afano en mantener la magia apretada entre mis uñas, para que no escape.

El ying yang. Creo que debo elegir.

Un poco de ambos, jamás el todo de uno. Porque al momento siguiente, me transformaría en el monstruo opuesto.

Pero es que existen verdaderamente elecciones?

Ah...donde estará mi camino.


Y abro un ojo, y luego otro. Acá está mi camino. Es el mismo en el que estoy. Como en una broma de mal gusto, en cuanto me quito una venda de los ojos, otra yacía debajo, y luego de arrancar aquella con la respiración entrecortada, una nueva aparece. Cada día de mi vida, mis ojos imaginan lo que hay fuera. Veo un poco mejor cada vez. Y veo muchas veces, en qué medida y dónde otros no ven.
Pero el punto ciego de uno es siempre el más evidente para otros, el menos claro para uno mismo.

MAGIA, magia, magia.

Sed de magia.

Magia y secretos. Y resplandores en la noche.

Una noche estrellada, un desierto nuevamente. La noche de límpida permite ver el universoen el cielo. Tentada, de tanto estirar el cuello para decubrir mundo, me tiro en la arena y observo ya cómoda. Aquí la magia vale y es infinita, me digo, mientras empiezo a imaginar. Pero pronto se apodera de mi y ya no pienso.
Ladeando la cabeza, mi ojo se encuentra con los millones de ojillos apretados de un escarabajo negro. Me mantengo inmóvil. El escarabajo también. Siento que me observa, indeciso de los movimientos a tomar. Entonces, lo veo moverse. La luna es llena, por eso, el claro me permite observar lo que ocurre a tan solo unos centímetros de mi cabeza. El escarabajo, cuyos ojillos minúsculos y apretados resplandecen por momentos con un verde metálico, se ha dispuesto de exraña forma. Vertical, como sentado, roza fuertemente sus patas traseras entre sí. Un silbido ronco, surge de entre ellas y la arenisca alrededor comienza a moverse. Primeramente se forma un pequeño pozo y luego algo fantástico ocurre. Una planta, empujando desde abajo de la arena, comienza a crecer. Observo al escarabajo y a la plantita creciendo, alternativamente. Milagro extraño este, pienso. Y no me muevo. La respiración tan suave como es posible. La planta sigue creciendo, ha superado la altura del escarabajo y su ápice se encuentra unos 15 centímetros por encima de mi cabeza. De repente se detiene. Observo sin mover mi rostro. Mi pupila corre apurada hacia el rincón más distal de mi ojo, a observarlo todo para contarme. Unas cuantas hojas brotan sonoramente de cada entrenudo. Una y luego dos pequeñas ramitas. Y entonces, una tríada de flores blancas de terrenal hermosura cobran forma aceleradamente. Son orquídeas blancas. Me acomodo para ver mejor, aunque sin moverme mucho. El escarabajo ha desaparecido, como en un sueño. Extiendo un dedo respondiendo al impulso de tocarlas. Cuando rozo una con la yema de un dedo, esta retiembla leve y exquisita. Cuál es el significado de esto?, me pregunto. Presiento que algo bello y grande está encerrado en aquel símbolo que ha cobrado vida a mi lado. Algunas lágrimas comienzan a resbalar por mis mejillas. Me siento débil y entregada, temerosa e infinitamente humilde. Mi cuerpo recibe espasmos de llanto hondo, de emoción que hace eco en mi cuerpo. Pasados unos instantes, las flores comienzan a emanar una luminosidad similar a la de la luna, que va creciendo en intensidad, hasta comenzar a enceguecerme, me paro y cubro mis ojos, me separo de la planta que crece rápidamente en proporciones inverosimiles, y y... y....


Y nada. El problema es que quiero magia en la realidad. No me basta con magia en un mundo inventado.
Quiero que sea verdad!!!

Y eso me lleva al misticismo. Supongo.

ESTOY PODRIDA DE RACIONALIZAR TODO, algún voluntario para darme una patada en la cabeza?


Amo la belleza con tanta locura, que consumiría mi vida en hacer lo posible para que los que deben preocuparse por cosas que no les permitan verla, puedan. Dedicar mi vida a la belelza, sin que otros puedan apreciarla, me corroe de culpa.

Pero no me trajo nada de culpa comerme todo el chocolate que debía compartir con papá.

Ahhh... Soy una cochina de todos modos :P

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