jueves, 14 de mayo de 2015

Miscelláneas reconfortantes por el simpre hecho de ser escritas

Miscelláneas interiores que emplazo en este papel virtual como una maquetita, a modo de airear la casa, abriendo las ventanas de mi castillito interior.

Desde las 3.30 y pico de la mañana no dormí por malestar y debilidad vagos. Dolor de garganta leve. Susto repentino: estoy embarazada, mi novio de viaje por 20 días, su protección y cuidado se sienten siempre. Y ahora estoy con mi perro desbocado y gigante y un fantasma que últimamente anda callado como compañía por las noches.

El perro me deja. Se va a otra pieza y viene haciendo ruido con sus uñas como si fueran diminutos tacos de mujer cuando el sol ya apareció apenas. Su pis mañanero, su paseo-aventura.

Mensaje a " la máma ": me venís a ves antes de irte a trabajar? (se levanta muy temprano, son las 6.15). La mamá salvadora (es médica). Con minifalda, medias caladas y tacos, se viene casi enojada por preocupación. El perro intenta lanzarsele encima y husmear sus partes pudendas y liga bife. Me toma la presión, me pregunta, observa latidos: todo bien.

7 am me llama la paseadora: no puede venir.
:(
"OUH NOUH."

Media hora después cuando me estoy casi logrando dormir me llama una vecina: hay unas llaves tiradas en el hall, quiere saber si no son de mi novio.

Empiezo a descansar otra vez pensando que me queda menos para irme a trabajar, y suena el timbre: el agua.

Bajo a buscarla con el perro llevándome voladoramente por las escaleras, casi como Jesús caminara encima del agua.

El del agua me hace la gauchada y me sube el bidón. Puro se echa unos pises arrastrandome y yo silenciosamente molesta y suave me dejo llevar.

Otra vez a la cama.

Puro ladra. Me levanto a poner sillas contra la puerta para que no se acerque a ladrar cada vez que alguien hace ruido en la escalera del edificio.

Vuelvo a la cama calentita, la panza hinchada como una piñata, más por gases o mala digestión que por embarazo hasta que no me queda otra que irme.




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