viernes, 7 de noviembre de 2008

Le paradoxe

Una conexión instintiva, de carne. Una conexión mental, entusiasmo que corre por las venas de sus retinas y se irradia de sus palabras y gestos hasta dirigirse directamente hacia mi. Entrando por mis ojos acelera mi respiración, y mi cuerpo que suele serme inconciente y calla, responde a ese magnetismo invisible que me une a él. Una especie de languidez sensual me envuelve, y como si confiara en la telepatía, lo llamo una y otra vez cerca mio. El roce de su brazo me da tranquilidad, y no importa lo que pasa alrededor, mi atención está en él. Y él lo sabe.
Presiento que ve todo de mi y sin embargo, a pesar de dejarme traslucir en palabras, le soy velada, como una fotografía vieja que no atrae hasta ser observada con insistencia, cuando algo de una magia escondida se desprende; una atmósfera sutil y secreta que va impregnando al que observa sin saber bien qué pasa.
Junto a él, el silencio cobra otro valor. Deseo el silencio, porque junto a él, significa plenitud. Una plenitud suave y cierta.
Y él, que tiene mil caras, en algún lado cobró formas específicas, vedadas sólo para mi.

A veces quiero derramarme a gritos frente a él, para que me descubra. Pero el tiempo es escaso y dicta su propia voluntad, y los atropellos entusiastas no hacen más que entorpecer. Torpe, torpe soy, y sonrío. No hay nada más lleno y extraordinario que esta vida.

Puedo ser lo que quiera y jugar a encontrarme. Armar mis propios dramas privados y redimir almas miserables, ser hormiga o vagabundo. Hacer naderías indispensables e ignorar inmensidades reconocidas. Volar alto y sobrevolar las profundidades del mar..tratar de adivinar su contenido y correr el tiempo hacia atrás, vivir otras eras y encontrarme con las pequeñas diferencias cotidianas de aquellas. Escribir cuentos sobre juguetes e inventar el futuro. No hay nada que uno no pueda ser.

No hay nada que no pueda ser.

Un momento: estoy en una silla, de café. Sobre la calle. Es una tarde cálida. Observo un parque, voces de niños y algún que perro ladra. Una pareja de mediana edad discute cerca mio. La mirada penetrante de él pesa sobre ella. Ella no se da cuenta, mira en sentido opuesto, a ningún lado. Siente. La mirada de él tiene algo de tristeza. Entonces, un inmenso perro lanudo aparece flotando por encima de un auto, justo enfrente junto a un inmenso pino. La mujer mira con la boca abierta y se da vuelta para observar a su esposo. El la observa, y entonces lo ve: el perro lanudo, flotando ahí como si nada. Un viejo lo señala riendo fuertemente, con la otra mano se sostiene la barriga. No, mentira. No aparece ningún perro lanudo. La señora sigue enojada y yo los observo enojada también, porque pienso que entonces el amor no existe y toda esa clase de cosas.
Los hombres (no todos, pienso) no saben sentir. Hay que enseñarles a sentir.
Mi mente física, dentro de mi cabeza, sostenida por mi cuello y mi cuerpo, yacen sentados en el café, pero yo ensimismada, me transporto.

Clase n° 1. A ver muchachos, -golpeo dos veces mi escritorio con una vara-. A ver muchachos, la cosa es así. Ustedes, de vez en cuando se enamoran, como nosotras. Sabemos que desean poner su..bueno su cosa en nuestra cosa. Está bien, eso lo aceptamos. Ahora, no pretendan que deseemos ejecutar el asunto sin previas muestras de afecto al menos. Sólo tienen que abrazarnos, mirarnos a los ojos y bueno, todos anhelamos un poco de calidez humana. Mirar a los ojos no es signo de amor, no se asusten. No están dando falsas expectativas. Una mirada a los ojos da seguridad. En fin. No importa. El asunto es que no saben sentir. Cierren los ojos. Relajense. Respiración tranquila, dejense llevar. Silencio.

Imaginen lo siguiente: una habitación. Ni muy pequeña ni muy grande. Techo alto -por si hay claustrofóbicos-. Una cama, ustedes yacen ahí, la cabeza sobre la almohada. Una ventana levemente abierta deja entrar aire. Es de noche, están cómodos. No están cansados, sólo relajados. Imaginen que están esperando. Una chica, una chica que les hace sentir cosas. Cosas diferentes. Esas cosas indiferenciadas que no saben muy bien por donde vienen ni para qué sirven. Qué será eso que sienten?. EMOCION. Repitan conmigo. E-MO-CION. Puede bien ser que no amen a la chica, ni siquiera que estén enamorados. Pero que sientan particular entusiasmo por ella. Es inteligente, divertida. Tiene perfume tibio, y piel suave. Ya pueden sentir los dedos hundiéndose en sus cabellos negros. Es dulce y también un poco salvaje, y un poco alocada. Ahora imaginen que todas esas cosas lindas, para otro hombre son invisibles. Ese otro hombre no las ve. Ni siquiera le importan en realidad. Sólo la desea para pasar un buen rato. Ella estuvo terriblemente enamorada de él, y por eso cuando se presentó la oportunidad, aceptó dócil. Y disfrutó, si no fuera porque él evitaba su mirada. Si no fuera porque él, en seguida comenzó a contar anécdotas irrelevantes, festejándolas solo. Ella lo observa en la penumbra, extasiada, pero algo adolorida. Es conciente de su inevitable invisibilidad. Claro que él alcanzó el orgasmo y en ningún momento le preocupó que ella también lo hiciera. Ella está felíz igual. El está allí, contando cosas, muy satisfecho, muy cómodo. Ella en cierta forma no existe. El escucha sus propias palabras. Cuando hace una pausa, le pregunta a ella si siente frio, y la tapa un poco, estampandole un beso ruidoso y liviano. Bueno no se -la profesora que da la lección moquea un poco, es una gorda sentimental-, me perdí, pero reconozcan, reconozcan en sus experiencias alguna como esta. Sepan, SEPAN, digo, lo que pasa. Eso es lo que pasa, no lo que ustedes ven: una situación muy placentera y una buena oportunidad para rememorar viejas anécdotas obsenas. Guardenlas para otro momento. Observen lo que tienen al lado. Si, una chica. Bueno, es algo más que una chica. Pueden llevarse una sorpresa!! . La profesora se suena la naríz ruidosamente, y un perro lanudo pasa flotando tras ella, contra el pizarrón. Mueve la cola y mira a los alumnos. Jóvenes adultos, bostezando. No hay forma de cambiar a los hombres. Así está bien. Algún día, por error o fortuna, van a observar qué hay al lado. SNIF.

Tomo mi tasa de café, recordando que estoy en un café, y a la pareja que hace las pases. Y luego recuerdo que estoy en una fantasía mia. Que estoy sentada escribiendo a cualquier hora de un viernes y por puro placer, mi blogg. Mi libre blogg.

Libre. Libertad. Volar.
Qué fácil es escribir pavadas. Hilar una y otra, y volver a hilar, enhebrarlas, vivirlas y pensarlas.
Una fantasía dentro de otra fantasía, hasta perder el camino de vuelta. Cuál era la real? Salgo por una puerta del café, y entro en una clase de una gorda sentimental. Abro la puerta y entro a una habitación donde un hombre acostado, me mira esperanzado, expectante. Abre grandes los ojos con una sonrisa de beatitud bobalicona y yo lo esquivo y salgo por la ventana. Entro en una casa, mi casa! Y me siento a la compu. Hay algo a medio escribir. Es esto.

Saludos Flora
Gracias Flora
No hay porqué Flora
Lo se.
Bueno, no seas presumida.
No lo soy.
BUENO, EH?!
Bueno qué?
No te hagas la boluda.
Ni me hago ni soy. Sólo un poco fantaseosa.
Ahhh con vos no se puede hablar.
Sí se puede. No se qué querés de mi.
Un poco de condescendencia...
para qué? No me gusta condescender. Te rebaja frente a mi.
Ves lo que digo? Sos una presumida.
Bueno, si vos lo decís...
Sí, lo digo yo, y BASTA.
Basta qué?
Otra vez vamos a empezar?
Yo no empecé nada, vos viniste. Me saludaste y te pusiste así.
Así cómo??
ASI!
BUeno, ta bien. Ta mañana. Ojo que apago la luz eh?
Si. Ya me acomodé. Gracias.


ZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Es un caso de doble personalidad.

1 comentario:

mik dijo...

Voy a firmar una idiotez porque en realidad reaccionaría a tu texto con la mejor cara de idiota entusiasta-entusiasmada. ZZZiii! LA cara :D (esa no)


Bueno, decía, voy a firmar:
EXCELENTE.


Pito > World
(jajajajja eso ponían unos compañeros para destacar a alguna muchacha guapota)