viernes, 25 de mayo de 2007

Por los cuernos de Belcebú ebrio y acompañado de los tres chanchitos

Toy contenta, toy cotenta, toy contenta, toy contennnntaaaaaa

Toy contenta, toy contenta, toy contenta, toy contentttaaaaa

Toy story toy cuentera, hago un cuento.

Había una vez un Lobo. Sus ojos negros brillaban en la oscuridad, sonriendo de antemano la delicia humana que iría a devorar. Espiaba detrás de un árbol a una mujer. La mujer parecía bailar conversando consigo misma, embriagada de felicidad por alguna cosa pegaba saltos y tomando su falda giraba, tropezándose, riendo en voz alta. La alumbraba la luna entera que se dejaba ver entre el follaje reseco del bosque. El lobo se relamía y sentía el hambre subiéndole desde el estomago hasta sus dientes, haciéndolos castañetear de dolor. Era, por cierto, un dolor placentero si se consideraba que estaba en visión de aquello que iba a satisfacerlo.
El Lobo, ocupado en disfrutar el placer de desear algo que se sabe al alcance no se lanzó sobre la mujer. La observaba. De repente, la mujer se sentó sobre una gran raíz saliente, y se quedó contemplando la luna. Por un momento, al Lobo le pareció que lloraba. El lobo olvidó momentáneamente su hambre, sorprendido por el cambio brusco de la mujer.

Se acercó silenciosamente, pues le pareció que la mujer murmuraba. Al acercarse fue consciente de la expresión melancólica de la mujer. Era muy joven, y observaba suplicante la luna, con una mirada de tan profunda tristeza, que contrajo involuntariamente el corazón del lobo. El lobo se quedó muy quieto. Ese era un sentimineto totalmente nuevo. En general, no sentía absolutamente nada, podría decirse. Más que hambre. Y más hambre. El brillo en sus ojos volvió y se fue nuevamente ante la visión de la muchacha. En general, pensó, se comportaba como creía que debía. Nunca hubiera pensado que existía algo como eso, en el pecho, ni algo como eso entre los humanos. Humanos que en general presentaban tantas complicaciones..gritando aterrorizados cada vez que uno de su raza los atacaba; no como los otros animales. Perdido en sus pensamientos no notó que la muchacha había girado la cabeza en torno a él, y paralizada de terror lo observaba.

Un lobo de proporciones anormales fijaba sus ojos en los suyos. A la tenue luz de la luna se veía su brillante pelaje grisáceo oscuro que resaltaba unos ojos intensamente azules. Por un momento, a pesar del horror, y ya entregada a su destino, la mujer no pudo evitar un pensamiento de admiración por el animal que estaba delante de ella.

El lobo volvió en si, y fue consciente de que no tenía la más mínima idea de cómo actuar. Porque si había algo que no podía hacer, -todo su ser se rebelaba en contra- era comerse a ese ser humano de cabellos negros y labios rojos que tenía frente a si. Se quedó quieto. Petrificado. La mujer cerró los ojos, esperando el ataque. El lobo al ver esto, sintió otra vez el corazón estrujársele, y de su hocico escapó un fuerte suspiro de aliento cálido. Se acercó unos pasos hipnotizado por aquel ser humano que se rendía ante él. Ella abrió los ojos y al verlo tan cerca emitió un grito ahogado. Sus pupilas se abrieron tanto, que el Lobo dio marcha atrás y bajó la mirada un momento. Cuando volvió a alzarla, notó la sorpresa de ella que había esperado un ataque seguro y respiraba agitadamente.

Todo fue muy rápido. La mujer se levantó y escapó corriendo. El lobo vaciló un instante sin saber qué hacer, y luego corrió tras ella. La vio perderse a lo lejos, su vestido delgado flameando en la espesura. Al rato, el hambre voraz volvía a retorcer sus entrañas, más fuerte aún que antes, mareándolo con su intensidad. Pero el lobo no pensó en ello. Unicamente pensaba en lo ocurrido.

continuará.....

Todo puede pasar. Vea en el próximo capítulo cómo un lobo y una mujer se enamoran y pueden tener mucho sexo sin peligro de que ella quede embarazada gracias a las leyes de la naturaleza.
LA LEYENDA DE LA MUJER Y EL LOBO, una relación imposible. No pueden comunicarse pero para el amor no hay BARRERAS!!

Doblaje en DOLBY Venezuela, Caracas.

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